miércoles, 21 de enero de 2009

DataRioja primer semanario digital
31 de diciembre de 2008
“Ecofascismo”: un libro que genera ruido y nuevas preguntas
Desenmascarando a algunos verdes

La ecología y el cuidado del medio ambiente se han instalado en la sociedad como un discurso efectivo y necesario. Sin embargo, en este libro “Ecofascismo, Las internacionales ecologistas y las soberanías nacionales”, Jorge Orduna advierte sobre las estrategias manipuladoras del capital político y económico del primer mundo sobre los países subdesarrollados y la peligrosa relación entre eugenicistas y ecologistas. También plantea las contradicciones entre salvar ballenas y ositos panda mientras crece la indiferencia hacia el hambre y la contaminación.
Escribir, analizar y desenmascarar a la maraña de personas, empresas privadas y agencias estatales que sostienen a las más importantes organizaciones no gubernamentales ecologistas es el eje de este libro que además sacude “premisas” fuertemente arraigadas en países del tercer mundo, particularmente en Argentina, vinculados a conceptos como “planificación y control de la natalidad” y “patrimonio de la humanidad”, por solo citar algunos de los más relevantes. La brillante estrategia de dominación de los países del primer mundo que integran especialmente América del Norte y Europa encontraron una estrategia de control y dominación mucho más efectiva y mucho menos escandalosa y violenta que las guerras y la intervención de gobiernos democráticos a partir del financiamiento de los golpes de estado. Ahora invierten en ONG ecologistas a través de atractivos anuncios publicitarios. Además de haber convencido a la mayor parte de la población, en especial a la masa crítica de las sociedades en vías de desarrollo, que todo lo que proponen los organismos internacionales es palabra santa, que los políticos no son confiables por la corrupción generalizada –algo obvio para los habitantes del tercer mundo- y que la mayoría de las propuestas e ideas que vienen del exterior son buenas por su sola procedencia. Rubios y ojos azulesSeguramente lo más sorprendente y preocupante de lo que plantea este trabajo de Orduna, periodista y ensayista argentino que vivió muchos años en Francia y que hoy reside en las afueras de Mendoza, es la relación entre algunos ecologistas y quienes propician la pureza de la raza y bregan por reducir el crecimiento demográfico para garantizar la subsistencia de la especie humana, denominados eugenicistas. Según Francis Dalton la eugenesia es la ciencia del mejoramiento del fondo genético de la raza humana a través de la mejor cruza. “Comprender verdaderamente la realidad de instituciones como las grandes ecologistas es un asunto complejo. Principalmente porque estas entidades han empleado y emplean, desde sus orígenes, un buen porcentaje de sus energías y su dinero en la promoción de una imagen de sí mismas; en el marketing de su producto. Y gracias a las empresas de relaciones públicas y de publicidad que contratan, han tenido mucho éxito en su trabajo”, explica el escritor en el prólogo de “Ecofascismo”.La imagen que han promovido es justamente la que de ella tenemos, explica Orduna, “Gente joven, altruista, libre. Que defendiendo las maravillas naturales de la creación lucha cual pequeño David contra ese Goliat que es tan fácil odiar: la máquina despiadada de un progreso que no repara en destrucción alguna con tal de satisfacer la codicia, las ansias de poder y la ambición humanas”. Para describir el gigantesco entramado que conforma el ecologismo internacional, el escritor relata la situación de las Islas Galápagos en Ecuador, como podría haber sido cualquier otro parque nacional de países en desarrollo donde la influencia de estas organizaciones se ha dejado sentir. En este trabajo Orduna utiliza indistintamente ecologismo, conservacionismo, ambientalismo y preservacionismo, que se convierten también, más allá de las sutiles diferencias para quienes forman parte de movimientos o acciones ecologistas, un gran aporte para comprender mejor el perfil y los objetivos de algunas ONG que no son necesariamente lo que parecen o que al menos no tienen como verdadera meta mejorar la calidad de vida de las comunidades del tercer mundo.La importancia y la necesidad de la planificación familiar en el sur del globo a partir de políticas nacionales propias de cada país suelen chocar con las políticas de control de la natalidad que las organizaciones internacionales pretenden imponer en función de una posición más cercana al temor por la sobrepoblación y la escasez de recursos naturales que podría afectar a las comunidades del norte, consideradas superiores por sus propios integrantes. Fieles seguidores de la teoría de la evolución de Charles Darwin, suelen asimilar la realidad de plantas y animales al ser humano. El escritor denuncia precisamente la intromisión de organizaciones y personajes influyentes como el dueño de la CNN, Ted Turner, y Douglas Tompkins, entre otros multimillonarios extranjeros.Las contradicciones que evidencia el planteo de continuar con el consumo excesivo en países desarrollados mientras se intenta limitar la producción y el crecimiento en los del tercero, forma parte de este particular enfoque de Ecofascismo. Marketing greenLa inversión publicitaria que describe el periodista es elocuente. En uno de los capítulos “La foca”, describe la vida de los esquimales, su necesidad de subsistir y la defensa que hacen los ecologistas de lo que es para estas comunidades su principal alimento. También hace referencia a la gran defensa que hacen de las ballenas, el oso panda y los animales salvajes de Sudáfrica, con indiferencia total sobre sus poblaciones y subsistencia.Abrir los ojosEl planteo crudo y sin concesiones que realiza Orduna provoca un sacudón necesario en diferentes referentes sociales que toman ciertos conceptos actuales como verdades reveladas y ciertos organismos como impolutos e incuestionables: ONU, OMS u OPS, entre otras.La mayoría de los argentinos nos alegramos cada vez que un lugar del país es reconocido como patrimonio de la humanidad. El valor turístico que adquirió Talampaya (La Rioja) y la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) son solo algunos ejemplos. Sin embargo, poco espacio tienen en los medios las denuncias sobre la compra de tierras a precios irrisorios en Tilcara por parte de extranjeros a habitantes originarios. La enorme cantidad de empresarios y artistas norteamericanos que son propietarios de enormes extensiones de tierras en la Patagonia –donde Argentina tiene recursos estratégicos- son otra muestra de la falta de protección local y la voracidad del capital que llega de afuera. El surgimiento de parques nacionales y áreas reservadas, son también parte de la estrategia de dominación de las grandes corporaciones. Sin saberlo, los nacionales de los países emergentes somos los primeros en aceptar pacíficamente que los organismos internacionales están mejor capacitados para administrar y proteger nuestros propios recursos y patrimonio.En Ecofascismo, Orduna deja en claro la diferencia entre los intereses que defiende Greenpeace u otras grandes ambientalistas con toda su parnaferlaria publicitaria y las organizaciones de vecinos que luchan y reclaman por situaciones ambientales específicas, aunque no profundiza en lo que sucede actualmente con las asambleas ciudadanas que crecen y se fortalecen en diferentes puntos de Latinoamérica. Esta ausencia tal vez sea el punto más débil de este trabajo que desnuda una realidad preocupante pero a la vez no analiza la movida de grupos de vecinos autoconvocados que se reúnen con propósitos diametralmente diferentes a los descriptos en este libro.Después de leer a Orduna varios socios riojanos de la ONG ambientalista internacional más conocida y a la cual aportan mensualmente comenzaron a preguntarse por qué esta organización no se compromete con los reclamos mineros que surgieron a lo largo y ancho de Argentina, Chile, Perú y Bolivia, entre otros países. En definitiva, Ecofascismo es un libro que no aporta solo respuestas, sino que provoca un necesario ruido y muchas preguntas. Un trabajo muy interesante que permite mirar el mundo con los ojos más abiertos, con menos ingenuidad pero también con más responsabilidad y compromiso.
Redacción DataRioja

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